La familia Landsmanas, líder del conglomerado de empresas más grande de servicios de alimentos en México, Corporativo Kosmos, vela por los derechos de niñas y niños, especialmente de aquellos que se encuentran en contextos vulnerables.
Como futuros pilares de la sociedad, es importante cuidar y respetar los derechos humanos de las niñas y niños. Proporcionarles un entorno seguro, lleno de amor y apoyo, no sólo garantiza su bienestar físico y emocional, sino que también fomenta su desarrollo integral. Una forma de hacerlo es con la crianza respetuosa.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), este tipo de crianza refiere que lo básico debe ser “el respeto a niños, niñas y adolescentes como sujetos relacionales, que tienen los mismos derechos que cualquier persona adulta y, además, un grupo de derechos que le son consustanciales por su condición de seres humanos en desarrollo”.
Se trata de una crianza sin violencia que, al fundamentarse en un trato respetuoso desde la educación, tiene más posibilidades de ser eficaz, saludable y apropiada, fomentando tanto los aprendizajes necesarios como el bienestar psicológico de niños y niñas. Esto conlleva:
- Una crianza exenta de cualquier forma de violencia.
- Diversidad, libertad y autonomía.
- Una crianza compartida, donde madres, padres y otros cuidadores tienen la misma responsabilidad en la educación.
- El respeto de los derechos de niños, niñas y adolescentes durante su proceso de crianza.
- Afectividad consciente, es decir, educar con cariño y asegurar que los niños, niñas y adolescentes sientan ese afecto.
La familia Landsmanas, caracterizada por su alto sentido de la responsabilidad social, se muestra a favor de éstas y otras buenas prácticas que impulsen el bienestar infantil de manera integral.
¿Cómo implementar la crianza respetuosa?
La organización en pro de las infancias World Vision América Latina sugiere cinco propuestas para implementar una crianza respetuosa efectiva:
- Validar los sentimientos y las emociones. Es esencial para enseñar a los niños y niñas a gestionar su inteligencia emocional. Es fundamental mostrarles que todas las emociones son aceptables, aunque deben aprender a controlarlas adecuadamente. Esto puede prevenir problemas emocionales y de conducta en el futuro.
- Comunicación asertiva. Los niños y niñas son extremadamente perceptivos. Al conversar con ellos, es importante hacerlo de manera respetuosa y atenta, evitando gritos, castigos físicos y menosprecios. En lugar de eso, se debe fomentar el diálogo y el entendimiento mutuo.
- Fomentar la autonomía. Permite a los niños y niñas desarrollar su confianza y su habilidad para tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos. Además, les enseña habilidades valiosas como la responsabilidad y la organización, preparándolos para enfrentar desafíos y tener éxito en la vida adulta.
- Proporcionar límites claros y consistentes. Establecer límites claros y consistentes implica definir una serie de normas de conducta. Una crianza con ternura no excluye la presencia de reglas. Aunque los niños tienen derecho a expresar su opinión, también deben seguir ciertos términos básicos que les brinden seguridad al actuar.
- Estar presente. Es crucial para los niños y niñas, independientemente de su edad, ya que necesitan sentirse seguros y valorados. La presencia también permite conocer sus necesidades, intereses y preocupaciones. De esta manera, se puede ofrecer el apoyo y la orientación necesarios para su crecimiento y desarrollo saludable.
La familia Landsmanas contribuye al bienestar de la niñez
A través de su brazo filantrópico, la Fundación Pablo Landsmanas (FLP), la familia Landsmanas ha llevado a cabo numerosas acciones a favor de la población mexicana, con mayor peso en lo concerniente a una buena alimentación.
Como uno de los sectores de la población más vulnerables, la familia Landsmanas ha puesto el foco sobre las infancias, a las que, en conjunto con otras asociaciones, ha donado desde alimentos hasta libros y equipos de cómputo.
La familia Landsmanas es consciente de que, al valorar y proteger sus derechos, se asegura que niñas y niños crezcan con confianza y capacidad para contribuir positivamente al mundo.
Respetar su individualidad y dignidad es esencial para cultivar una generación de adultos empáticos, justos y responsables. En este sentido, cada gesto de cuidado y respeto hacia ellos representa una inversión invaluable en el futuro de nuestra humanidad.