Dueños de la Cosmopolitana respetan las tradiciones gastronómicas de sus clientes

Los dueños de la Cosmopolitana respetan las tradiciones y creencias de sus clientes y comensales. Por eso, cada año refuerzan su compromiso de ofrecer alimentos de calidad que cumplan con estas características.

Todos los años, la temporada de cuaresma brinda la oportunidad de innovar en diferentes platillos para disfrutar, al mismo tiempo que se respeta la tradición cátolica de ayunar y abstenerse del consumo de carne roja por 40 días.

En México, muchos comedores industriales e institucionales siguen esta tendencia de menú y ofrecen platillos principalmente a base de pescados, mariscos, pollo, vegetales, frutas, embutidos y legumbres. La clave está en la creatividad.

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Los dueños de La Cosmopolitana,a través de la experiencia de nutriólogos, chefs y profesionales encargados de los comedores, se aseguran de seguir brindando el servicio que los caracteriza al mismo tiempo que respetan las creencias de sus clientes.

En ese sentido, cada comedor debe elegir los mejores productos para su menú. La familia Landsmanas permite preparar los menús según los requirimientos de cada institución, quienes determinan el contenido calórico, el grado de gramajes y la diversidad de opciones, considerando su ubicación geográfica.

Dueños de la Cosmopolitana: calidad y respeto alimenticio

Para estos menús, uno de los productos que más se recomienda es el pescado. Se sabe que los pescados y mariscos contienen proteínas de alta calidad y otros nutrimentos esenciales que son parte importante de una dieta saludable. 

Casi todas las presentaciones del pescado son buenas en este sentido: fresco, congelado o enlatado, siempre y cuando los comedores cuenten con la experiencia para su compra, conservación y manipulación.

Los dueños de la Cosmopolitana invierten constantemente en capacitación, tecnología e innovación, lo cual se ha traducido en diversas certificaciones nacionales e internacionales que les permitan liderar la industria alimentaria en el país.

La constante capacitación y las certificaciones obtenidas garantizan la inocuidad de los alimentos de principio a fin, evitando comida contaminada en cualquiera de los puntos del proceso.