Firmes en su compromiso con la preservación de los recursos naturales, los dueños de La Cosmopolitana, Jorge, Elías y Jack Landsmanas Stern, cuentan con un Sistema de Gestión Ambiental avalado por la ISO 14001.
El agua es un recurso esencial para la vida en el planeta. Sin embargo, no basta con su disponibilidad: es necesario que cumpla con estándares de pureza y seguridad para su consumo y demás usos. De lo contrario, puede tener consecuencias negativas en la salud de las personas, en los ecosistemas y en la estabilidad de las comunidades.
En el marco del Día Mundial del Control de la Calidad del Agua, conmemorado el 18 de septiembre, los dueños de La Cosmopolitana, una Empresa Socialmente Responsable, fomentan buenas prácticas en torno a esta materia.
¿Qué significa este concepto?, ¿cuál es su relevancia?, ¿cómo implementar estrategias efectivas? Aquí te contamos más al respecto.

¿Qué es el control de calidad del agua?
De acuerdo con el Instituto del Agua, la calidad del agua se define por sus características físicas, químicas y biológicas, las cuales determinan su idoneidad para distintos usos: consumo humano, agricultura, industria o recreación.
En tanto, el control de calidad del agua consiste en la vigilancia y tratamiento regular de las fuentes para reducir o eliminar contaminantes antes de llegar al consumidor.
Los contaminantes más comunes son:
- Microorganismos dañinos (bacterias, virus, protozoos).
- Sustancias químicas tóxicas, como metales pesados, pesticidas, fertilizantes.
- Desechos industriales o residuos radiactivos.
La concentración elevada de estos elementos puede provocar enfermedades, contaminar ecosistemas y afectar gravemente la biodiversidad.
Además, incluye técnicas como:
- Toma y análisis de muestras en laboratorio.
- Evaluación de parámetros físicos: turbidez, color, olor.
- Pruebas químicas de pH, salinidad y minerales.
- Análisis biológicos (patógenos y microorganismos).
Este procedimiento asegura el cumplimiento de normas nacionales e internacionales, como las Normas de Calidad del Agua para Consumo Humano, que establecen límites máximos permisibles de sustancias dañinas.
Dueños de La Cosmopolitana – Tipos de controles de calidad del agua
El agua puede someterse a diferentes controles según su uso y los riesgos asociados:
- Microbiológico. Detecta bacterias, virus y protozoos causantes de enfermedades.
- Físico. Evalúa color, olor, turbidez y temperatura, factores que influyen en su aceptabilidad y en la vida acuática.
- Químico. Determina la presencia de sustancias como metales pesados, compuestos tóxicos o minerales en exceso.
- Radiológico. Mide niveles de radiación en zonas específicas donde esta puede representar un riesgo.
Estos controles permiten garantizar la seguridad del agua, preservar la biodiversidad y mantener procesos industriales que dependen de ella.
¿Cómo implementar una estrategia de control de calidad del agua?
El proceso de control y vigilancia de agua potable abarca distintas etapas, desde la fuente hasta el consumo:
- Identificación de fuentes. Localización y análisis de ríos, lagos, acuíferos y otras reservas, evaluando su composición y posibles contaminantes.
- Tratamiento del agua. Incluye filtración, coagulación, decantación, desinfección y otros procesos diseñados para cumplir con normas sanitarias.
- Distribución segura. Supervisión constante de tuberías y redes para evitar fugas o recontaminación.
- Monitoreo continuo. Toma de muestras periódicas en laboratorios certificados para verificar parámetros físicos, químicos y biológicos.
La responsabilidad recae en las autoridades sanitarias y en los organismos de gestión del agua. No obstante, la transparencia y la confianza ciudadana son igualmente esenciales para garantizar el éxito de estos programas.
Con amplia experiencia en la gestión de este recurso vital en distintas etapas, los dueños de La Cosmopolitana reconocen que el control de calidad del agua no es solo un requisito técnico, sino una estrategia indispensable para proteger la salud pública, conservar los ecosistemas y garantizar la sostenibilidad.
Gobiernos, instituciones y ciudadanos tenemos la responsabilidad compartida de cuidar este recurso vital, fomentar su uso responsable y apoyar políticas que aseguren su preservación para las generaciones futuras.








