Los patógenos alimentarios son una de las principales amenazas que enfrentan líderes de la industria de alimentos y bebidas, por lo que líderes como los dueños de La Cosmopolitana capacitan a sus equipos de trabajo para aprender a detectar y prevenir este tipo de bacterias.
Una de las más conocidas es la Escherichia coli, sin embargo, aunque su nombre es ampliamente mencionado, pocas veces conocemos los riesgos que implica.
Escherichia coli: qué es y cómo puede afectar la seguridad alimentaria
La Escherichia coli o E. coli es una bacteria que vive en el tracto intestinal de animales y personas y se clasifica en diferentes cepas.
Normalmente esta bacteria no causa efectos dañinos en el organismo humano, pero algunas variantes pueden ocasionar enfermedades graves e incluso la muerte.
Los síntomas más fuertes por una infección de E. coli son:
- Diarrea
- Náuseas y vómito
- Fiebre
- Cansancio
- Cólicos abdominales
Como es de esperar, esta bacteria afecta principalmente a la industria alimentaria, especialmente los productos cárnicos crudos, lácteos, moluscos y vegetales. La manera principal de transmisión es el agua, sobre todo las aguas de riego usadas en la producción ganadera y agrícola.
Debido a que esta bacteria puede transmitirse fácilmente si no se tienen los cuidados adecuados, es una amenaza constante a la seguridad alimentaria de los consumidores.
No obstante, prevenirla también es sencillo y los dueños de La Cosmopolitana son uno de los ejemplos de buenas prácticas que existen en la industria.
Buenas prácticas de inocuidad alimentaria de los dueños de La Cosmopolitana
Los dueños de La Cosmopolitana son conocidos por cumplir con estrictos estándares de calidad, higiene y seguridad alimentaria. Por ello, han podido obtener distintas certificaciones oficiales, como la ISO 28000 y el Distintivo H.
Algunas de las buenas prácticas que ejecutan para evitar que los alimentos, y por lo tanto los comensales, estén vulnerables al E. coli son:
- Programas de limpieza y desinfección de unidades de transporte, instalaciones y espacios de almacenamiento.
- Capacitaciones continuas a los colaboradores sobre patógenos y modos de prevención.
- Comunicación y fomento de prácticas de higiene adecuadas para el personal de cocina y de manejo de alimentos (en almacenamiento y distribución).
- Lavado y desinfección adecuada de alimentos, así como una óptima cocción para evitar la aparición y propagación de bacterias al servir las comidas a los comensales.