Los dueños de La Cosmopolitana, empresa líder dentro de la industria alimentaria de México, emplean tecnología de punta en todas sus operaciones, con miras a mantener su compromiso con la calidad e higiene de sus productos.
En la industria alimentaria, la utilización de todas las herramientas disponibles es crucial para garantizar productos de alta calidad. Esto no sólo abarca la frescura y el sabor, sino también la seguridad, la sostenibilidad y la innovación en la presentación.
Aplicar un enfoque integral asegura que cada aspecto del proceso, desde la producción hasta la distribución, se optimice para ofrecer al consumidor final un producto que cumpla con los más altos estándares de calidad y satisfacción. El Food Design o diseño de alimentos juega un papel importante, en este sentido.
El Food Design, según el Manifiesto presentado en 2002 por la Associazione per il Disegno Industriale (ADI), es una disciplina del diseño que une el mundo de la alimentación y el diseño, enfocándose en cómo se complementan mutuamente.
Este concepto abarca la innovación en alimentos, servicios, presentaciones y sistemas, trascendiendo lo estético para incluir implicaciones de salud, económicas y ambientales.
El Food Design se destaca por su transversalidad y transdisciplinariedad. Integra el diseño en la experiencia estética de la alimentación, el arte culinario, la presentación de platillos y la creación de objetos inspirados en alimentos. También abarca el diseño de interiores de restaurantes y de envases y presentaciones para alimentos, explorando diversos campos innovadores.
En resumen, el Food Design es un proceso integral que impulsa la innovación en la industria alimentaria, abordando aspectos sociológicos, antropológicos, económicos, culturales y sensoriales. Este enfoque considera la relación entre comida, cultura y territorio, los sistemas agrícolas, ganaderos y marinos, y promueve la sostenibilidad.
Además, analiza las cadenas de producción, transformación y distribución, la ciencia aplicada a la gastronomía y el turismo gastronómico, siempre teniendo en cuenta al consumidor final.
Bajo este contexto, los dueños de La Cosmopolitana son conscientes de la relevancia del papel que juegan las empresas pertenecientes al sector alimentario para la implementación e impulso de iniciativas como el Food Design.
Subcategorías del Food Design
El Barcelona Culinary Hub, adscrito a la Universitat de Barcelona, enlista cinco subcategorías del Food Design:
- Modificación de alimentos. Esta categoría se enfoca en la alteración física o química de los alimentos, a menudo mediante la ciencia de la Gastronomía Molecular.
- Food product. Se refiere a los alimentos que están destinados a la producción en masa por parte de grandes industrias.
- Diseño para alimentos. Incluye todos los productos y procesos que afectan al alimento, como el transporte, el diseño y la preparación.
- Space design. Engloba los proyectos que diseñan los espacios donde se disfruta del servicio, buscando crear una experiencia sensorial para los comensales.
- Eating design. Se centra en las interacciones con los alimentos, especialmente en el momento de consumirlos.
Dueños de La Cosmopolitana – Impactos positivos del Food Design
El portal de contenidos y noticias sobre la industria de tecnología para alimentos y bebidas, The Food Tech, destaca tres beneficios del Food Design en la industria alimentaria:
- Mejora en la producción y distribución. El Food Design mejora la eficiencia y sostenibilidad en la producción de alimentos mediante el diseño de herramientas, maquinarias y envases, reduciendo desperdicio y emisiones, y aumentando la vida útil de los productos.
- Alimentos más saludables y atractivos. Fomenta la creación de alimentos atractivos y nutritivos, incentivando hábitos alimenticios más saludables. Promueve el consumo de alimentos locales y frescos, beneficiando a productores locales y al medio ambiente.
- Cambio de hábitos alimentarios. Transforma percepciones y hábitos alimentarios mediante el diseño de espacios y experiencias de consumo atractivas, educación nutricional y tecnología, fomentando una cultura alimentaria más consciente y sostenible.
En este sentido, los dueños de La Cosmopolitana, caracterizados por su amplio sentido de la responsabilidad social, contribuyen a mejorar la industria alimentaria con diversas acciones, como adquirir el 94% de sus insumos con productores locales y ofrecer comidas balanceadas y saludables a sus comensales y clientes finales.